lunes, 17 de octubre de 2011

De los creadores de “te lo dije”


Hoy, en primicia, “cuando menos te lo esperas”, la segunda frase que más odio en este mundo después de “te lo dije”. Las dos sabias, ciertas. Y por eso las odio. Son frases que rematan en un momento de bajón, de tensión y que inevitablemente, ponen la puntilla.


Pero es que “cuando menos te lo esperas” es una frase que se usa cuando no sabes que consuelo dar, y entonces la sueltas…así a la ligera sin darte cuenta del daño que haces y de la esperanza que lanzas a la otra persona cuando tú ni siquiera sabes si hay esperanza.¡Pues no lo digas y listo! Si he aprendido algo a lo largo de este tiempo es a callar cuando no se qué decir, muchas veces es mejor el silencio que el falso consuelo.


Sí, pero es que como ya apuntaba, esta frase es puñeteramente cierta, lo sabes y por eso hay veces que la sueltas excusándote en tu propia experiencia. Pero resulta que todo es psicológico, como la mayoría de las cosas en esta vida, como cuando te tomas un ibuprofeno y justo, por arte de magia, ya no hay dolor de cabeza. ¡Venga ya! Que sí, que el medicamento hace efecto pero es que se asocia la cura al milagro, y la medicina es sabia pero necesita tiempo de actuación… 


Frase cierta y puñetera, “verdadosa” por que sí, porque cuando menos me lo esperaba ha surgido el cambio, he vuelto a ser yo (o eso creo). No se desde hace cuanto tiempo, pero se que he vuelto y que estoy aquí desde hace algún tiempo. Leo las entradas anteriores del blog, casi las primeras, escritas con rabia, con dolor, luego con indiferencia y…no me reconozco. No me he reconocido, me he dado vergüenza y por casi me “automanipulo” censurando mis propias entradas. 


Pero no lo voy a hacer, porque si no aprendería y parecería que nada hubiese pasado y de los errores (de los sentimientos) se necesita aprender y como yo soy muy de la quinta de Santo Tomás, incrédula por naturaleza, voy a dejar las pruebas del crimen. No las voy a borrar, ni a releer. Las voy a dejar ahí para darme cuenta de que jamás quiero  volver a ser una persona que no soy yo, triste, víctima, que disfrazaba el dolor a base de frases sutiles. No hay tiempo para tanta tontería con tan poco tiempo de vida, solo hay tiempo para reaccionar.


Esta vida de montaña rusa que actúa subiendo y bajando cuando menos me lo espero. Ya me lo dijeron “cuando menos te lo esperes” pero es que yo confiaba poco en mi suerte (como siempre) porque todo es psicológico, y a ver si el mal fario o la mala suerte va a ser rollo mío psicológico y me acompaña porque yo me empeño en sacarla a pasear. 


Queridos amigos que habéis estado estos meses intentando sacar a la luz al proyecto de persona que soy ahora, enfatizando en mi recuperación de la suerte y de la razón afirmándome (que no sugiriéndome) que sucedería “cuando menos te lo esperas” que sí, que era verdad. Lo reconozco. Y gracias por esa falsa esperanza que al final llegó. Vale, sí, os doy permiso, que lo estáis deseando, viene sola, viene seguida, sí ya sé que además estáis pensando: “te lo dije”. 

1 comentario:

  1. A lo mejor un te quiero viene mejor ahora... siempre mirando hacia adelante, claro que si.

    ResponderEliminar