jueves, 18 de agosto de 2011
Usar el desamor para equilibrar el mundo
No, no estoy loca, realmente pienso que el desamor sirve para algo y lo he encontrado: para devolver el raciocinio al ser humano e incrementar la productividad en el mundo.
Es increíble como el corazón humano tiene la capacidad de regenerarse. De repente, pasan muchas cosas en un intervalo de tiempo que se hace muy corto: uno se ve arrollado por una tormenta de corazones rojos, sumido en una marea de emociones, experimenta un éxtasis de adrenalina hormonal, luego llega la tormenta, el naufragio, las lágrimas, la calma y el… ¿Y el qué?
Es ese “qué” de lo que me apetece hablar hoy, ese qué que cada uno lo moldea a su manera, quiero decir, lo que cada uno escoge para superar una serie de catastróficas desdichas llamadas enamoramiento o similares. Hay tantas peculiaridades de desamores como parejas que hayan existido: en el caso de S, experimenta tantos desamores al año como amores vive, y eso son muchos ya que es capaz de enamorarse tantas veces como rupturas viva, ella aplica el caso de un clavo saca otro clavo y resulta que lleva clavando y desclavando toda su vida como solución a sus catástrofes. A es diferente, después de haber vivido un gran amor, absoluto, de estos que te sobrepasan pero que no pueden ser por x circunstancias, ha decido blindarse los sentimientos pero dar rienda suelta a las pasiones, es lo que se llama ser un poco picaflor pero sin efectos secundarios. S2 vive en desamor constante, afirma que la historia no se ha acabado pero cuando te acostumbras más a los desprecios que a los aprecios ya no es enamoramiento, es sufrimiento innecesario. Otros simplemente se cierran en banda después de una ruptura y beben insecticida cuando empiezan a sentir que las mariposas vuelven a revolotear en el estómago y se concentran en lo suyo, que ya tienen suficiente, nada de buscar a alguien por el momento. Y podría continuar la lista, porque como ya he dicho hay tantos tipos como personas en el mundo.
Pero sobre todo, en lo que sí coinciden todos los tipos de desamor es en el incremento de la productividad. Me explico, al principio no es fácil y no entran muchas ganas de hacer absolutamente nada, pero luego se necesita tanta distracción que uno acaba convirtiéndose en un Leonardo Da Vinchi de la vida: lecturas, salidas con los amigos, turismo, cambiar la habitación, exposiciones, fiesta en general, toda ocupación es poca y si no la tienes, pues te la buscas. Pero es productivo, porque se vuelve a reactivar el genio dormido que estaba oculto tras la comodidad del atontamiento amoroso. Vuelve el yo racional. Que sí, que cuando uno está enamorado es más feliz y todo es de color de rosa pero el amor no da de comer, y uno deja un poco de lado sus ocupaciones por pasar más tiempo con “esa persona”. En serio, un mundo lleno de enamorados sería una catástrofe objetivamente hablando.
Por lo tanto, una persona enamorada no rinde igual que una que no lo está y el mundo necesita corazones rotos en sus mercados, para relevar a los enamorados y contar con gente racional para levantar diversas obligaciones. Y así entramos en un ciclo donde los faltos de amor se enamorarán y bajarán su productividad y entonces los ahora enamorados se desenamorarán y comenzarán a producir. Así que queridos desenamorados, pensad en positivo: el mundo os necesita y más ahora que estamos en crisis, el tiempo ya os devolverá las ganas del amor, de momento es hora de sacar al genio creativo que lo demás ya vendrá.
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ole
ResponderEliminarole
y OLEEEEEEEEEEEE